lunes, 30 de julio de 2007

Guerra

Un 28 de diciembre, Bruno salió de la escuela pasadas las doce. En el quiosco de la esquina compró un paquete de galletitas de agua de un peso con cincuenta para aplacar la voracidad de hambre de mediodía.
La abrió con exceso de violencia, tanto que rompió el paquete y cuatro o cinco o diez de las galletitas cayeron al suelo. Recogió todas y las depositó en el tacho de basura que estaba apoyado sobre un poste de luz, de madera, junto a la parada del 52. Todas. Casi todas. No pudo recoger la galletita de plástico que venía dentro del paquete como el juguete coleccionable número dos de la promoción de “Mieles del sur”, porque en un descuido, una paloma criminal que había estado posada sobre un cable de luz descendió rapidísimo aquellas alturas y en un acto delictivo y de boludez, se la robó.



Eran nada más que dos. Probablemente habría más, pero yo no las vi.
Dos palomas grises, de humo de cigarrillo, desfilando su torpeza sobre una vereda sobre la Avenida Pedro Goyena, enfrentadas por una galletita, entorpeciendo la cotidianeidad de un paisaje que me aprendí de memoria.
Eran dos palomas aparentemente adultas. Su lenguaje corporal de eterna incomunicación con el mío, me indicó que eran hembras.
Se peleaban por esa galletita, engañosamente. En el momento en que una era la ama, la esclava cumplía con su rol de subordinada dándole la espalda a la victoria y a su enemiga, aceptando su derrota como si no le importara perder. Siempre esperando el momento en que por fin esa galletita cayera al suelo y el instante de gloria palatal de su adversaria llegara a su fin, para brillar.
Es verdad, las palomas son animales muy boludos.
El trofeo: una galletita de agua. Ganar era esperar que la otra perdiera.
La galletita no importaba, solo importaba ser su dueña. Tenerla. Y que la otra muriese de hambre.
Así pasaron varias horas, que devinieron en días, que se hicieron meses, que acabaron en años.
Ambas ganaban y perdían, por momentos. La galletita apática, fosilizada, de agua cada segundo mas podrida era de una hasta que empezaba a ser de la otra. Ninguna logró hacerla suya durante más de dos o tres minutos. Su desbordante boludez les hacía perderla en el momento en que alguna otra basura del suelo les llamaba más la atención. Al perder la galletita recordaban que sin ella no eran nada, entonces volvían a esperar que la otra perdiera para volver a vencer... y volver a brillar.
La paloma más flaca, la de gesto más perverso, la de ojos violeta, varias veces me miro firmemente con sus ojos a mis ojos.
¿Qué miras?
Ninguna de las dos dijo nada. Ella porque no sabe hablar, yo porque tampoco sabe entender.

Nuestro agudo cruce de miradas le hizo perder la galletita nuevamente y fue esa la ultima vez que perdió.
Logró recuperarla, pero en el momento en que volvió a saborear la galletita y la gloria, un hocico húmedo y maloliente, una boca de lobo que paseaba sin lobo a esa misma hora por aquella vereda se comió a la paloma de ojos violeta, que sostenía una galletita de plástico con el pico.

Y en ese mismo lugar quedo la segunda paloma, completamente sola y demasiado lejos de la muerte como para intentar recuperar la galletita.

lunes, 23 de julio de 2007

Carta de una pajarita,
una carta para Emile


Hace meses vengo evitando este intervalo, este desborde. Sí, hablo de represión, de una censura cardiaca, de no decir la verdad, en consecuencia, hablo de mentir. De obligar al corazón a servir señales equívocas. Hablo, por supuesto, de errores que se pagan especialmente a la hora en la que se debería dormir, de noche, siempre muy tarde.
Hace tiempo juego a poder y a creerme que gano. Juego a traicionarme. Evidentemente no aguanto más, por eso este viaje a través del dolor de sincerarme conmigo misma y de éstas ramas.
Siempre sos vos, todo se trata de vos. Mi mañana por la mañana se refiere, cada víspera de amanecer, a vos, idea de estrella fugaz que prefiere quedarse, pedacito de tierra sedienta de regresos, espejismo de hijo de puta, susurro resonante, rasguño en la cintura, inquilino de humo en mi cabeza, violencia divina.
Una sola cosa me consuela y me absuelve: mi destino
que no se cansa de recordarme que muy a pesar de las flores que crecen a los costados, la belleza se origina, evoluciona y se multiplica desde tus ojos.
Sabrás perdonar esta traspié, pero esa nube no daba más. Era necesario que llueva.

miércoles, 18 de julio de 2007

SENSORiAL

1 A 0.
Pierdo yo.

Hable demasiado, y es cierto; hablar es incomunicarse. El lenguaje no concilia con mis emociones, utilizar la lengua es un acto optativo, pero yo todavía no aprendí a rechazarla.
A veces, todavía creo que tanto sentir puede hacerse palabras y aprender a volar.
Hoy me hubiese gustado ser muda y no hartar el silencio, ni agraviar las oscuridades de la boca cerrada con destellos de luminosidad que encandilan ciertas sorderas. No creer en nada, no creer en mí ni en mi capacidad didáctica que traducir y transferir mis enigmas.
Soy una piedrita de agua perdida en una playa que esta muy lejos de este cemento. Hoy me creí capaz de hacerle frente a un par de demonios muertos de hambre que guarecen esas alturas que tanto anhelo y a las que aun no pude llegar. Y perdí.
Perdí y me quedé suspendida de un hilo de baba profana que me escupió el cielo acomplejado. La soledad me señala con el dedo y me acusa de cagona.
Yo sé que no es verdad. Mi valentía me trajo hasta acá y me mantiene en pie, aunque estoy algo cansada.
Esa. La única verdad. Mi estandarte.
Voy despacito pero voy. Y solo el hecho de no sentirme olor a podrido debajo de las ruinas de mi conciencia justifican mi mortalidad, aun demorada. Estoy y llevo algunos años de historias y cuentos y fabulas y poemas adentro de los parpados. Tengo una familia vestida de oro blanco, mi locura brilla, tengo un amor que convalece, tetas que huelen a alimento para hombres lobo, hadas madrinas que me convirtieron en princesa de un reino dentro éste mundo narrado donde todo es una perfecta mentira.
Voy a cerrar la boca. Voy a cerrar tu boquita y las puertas que trascienden un pasado que no acabó y que fraguan espejismos de ilusión fortuita.
Tomarme de tu mano y esperar tu abandono, de un momento a otro, como se espera a la muerte que va, que viene, que te avisa
que jamás traiciona.

miércoles, 11 de julio de 2007

"La única gente que me importa son los que están locos, locos por vivir, locos por hablar, locos por ser salvados, los que desean todo al mismo tiempo, los que nunca bostezan o hablan usando lugares comunes, pero arden, arden, arden como fabulosas velas romanas amarillas explotando como arañas a través de las estrellas..."Jack Kerouac


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jueves, 5 de julio de 2007

Ojitos
Boquitas
Besitos míos
adentro de un nicho de humo
en tu memoria,
muertita.

Cascaritas y semen y baños de olvido
y un pasado
al que le falto el respeto
Y una cordura novedosa
Y estas ganas de matarte
Y estas ganas de matarme.

Ah, recuerdos.
Puñales ilícitos
demasiadas opciones
Una sola certeza:
tus márgenes.

Manitos, pacitos errados,
ambulantes, fortuitos,
Otro poema de mierda
Una ruptura del canon
de mi tradición
Un golpe bajo
Unas costillas
Una hemorragia
Un destino
Un error:
Este discurso.

martes, 3 de julio de 2007

Un príncipe
Ha muerto
De aquello
Que en su frente
Había de lobos
en su sangre...

De aquello
Que en su frente
Había de Rey.



Obra el silencio y
en ti la muerte gana destreza.



Un dios
hunde su rostro
entre las lanzas
como un hombre
hunde su aliento
en una cabellera:


tenGo variAS razoNES para TENEr rAzOn

(esta tampoco ´sé dkien s........no rompan las pelotas)


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